me robo estas canciones para hablar desde ellas mientras me lanzo cielo arriba por la curvas de su melodía
jueves, mayo 29, 2008
Tocando fondo (Silvio Rodríguez)
... aunque duela y cueste, aunque el pudor lo oculte y la gente lo niegue y no lo entienda... a mí me llega todavía, siempre, como cantando, para nacer una y otra vez cada buen día... (más yo que nunca y dedicado a un ángel que toca fondo y no se da cuenta que ese es el mejor día)
Tocando fondo Tocando fondo nací un buen día, tocando fondo ando todavía. Meno hermoso que como fuera, menos odioso que de otra manera.
Me declaro imperfecto pateando la sombrilla. Prefiero ser abierto a pasearme anunciando que soy la maravilla.
Me publico completo, me detesto probable. Si uno no se desnuda se transfigura en reto todo lo desnudable.
Tocando fondo, como ir cantando, es algo hondo, que no anda esperando. No tocar duro nuestras verdades levantando muros, pudre capitales.
Quizás sea inoportuno o acaso delirante. Soy de tantas maneras como gente pretenda no más calificarme.
Asumirse los fueros es no dictaminarse. Me publico completo, me espero mejorable desde mi parlamento de guitarra sonante.
Tocando fondo nací un buen día, tocando fondo ando todavía.
Blue eyes Baby's got blue eyes Like a deep blue sea On a blue blue day Blue eyes Baby's got blue eyes When the morning comes I'll be far away And I say
Blue eyes Holding back the tears Holding back the pain Baby's got blue eyes And she's alone again
Blue eyes Baby's got blue eyes Like a clear blue sky Watching over me Blue eyes I love blue eyes When I'm by her side Where I long to be I will see
Blue eyes laughing in the sun Laughing in the rain Baby's got blue eyes And I am home, and I am home again
Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo y el suelo se fue abrigando con hojas, se fue vistiendo de otoño. La tarde que se adormece parece un niño que el viento mece con su balada en otoño.
Una balada en otoño, un canto triste de melancolía, que nace al morir el día. Una balada en otoño, a veces como un murmullo, y a veces como un lamento y a veces viento.
Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados sobre los campos, llueve.
Te podría contar que esta quemándose mi último leño en el hogar, que soy muy pobre hoy, que por una sonrisa doy todo lo que soy, porque estoy solo y tengo miedo.
Si tú fueras capaz de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar con esa porcelana que descubrí ayer y que por un momento se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando mi mañana y tu pasado volverías a mi lado.
Se va la tarde y me deja la queja que mañana será vieja de una balada en otoño.
Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve sobre los chopos medio deshojados.
Soy de Junio Un engendro de luna reconocible de aquí a ella misma Aunque la paliducha se ponga colorada Soy más veces Juan que Pablo Muchas más veces D'artagnan que Brando Aunque mis manos digan lo contrario Soy una voz que sale por mis dedos Y un manifiesto que es mi cuerpo Mi mirada es la rúbrica y mi fianza Soy uno aunque haya dos en mí Juan el monje agnóstico y
Pablo el perseguidor de juanes Soy un guerrero de una sola guerra La que gané encapuchado sin identidad El que la muerte perdió pese a su SS Soy del 6 mitad pasado y mitad futuro En invierno lloré por primera y última vez Aunque los otoños amarillos deshojan mi piel Soy un embudo para agua y llovía cuando me llamaron Juan como el amigo y el hermano y Pablo como el amante amoral y enamorado Soy un niño solitario que juega al mundo Y un grande acompañado de logros inertes Un viejo para la vida joven que necesito Soy un constructor de antiamores eternos Y un mago experto en desapariciones Soy un para-poeta inconsciente de su veneno y ávido del aplauso de multitudes efímeras Soy un ciego en el país de los tuertos.